Y podría deciros que fue fácil.
Que su recuerdo se desvaneció tan rapidamente como lo hace el invierno cuando empieza la primavera.
Pero no.
Simplemente se fue, pero no fue tan simple. Tras él dejó demasiados días grises.
Rogué tantas veces al cielo que volviera. Que devolviera la calma a mi mar.
Pero solo eran tormentas y tormentas. Y pase a odiarlas despues de quererlas.
Tanta lluvia y acabe olvidando las tempestades de sus ojos. La llovizna de sus besos y el huracan que nunca fue su regreso.
Seguidores
miércoles, 22 de julio de 2015
Lluvia
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario