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miércoles, 23 de septiembre de 2015

Mis mariposas

Y exageraria si dijese que me dueles más que verme a mi misma rota y herida por tu causa. El tiempo me ha hecho de muchas capas de orgullo, y a menudo, de mi pecho salen las mariposas que quedaron atrapadas en estas. Y otras, se quedan muertas. Como si existiesen físicamente solo para que yo hiciese metáforas sobre el suicido que es el amor y sus alas.
Y cuando no las vomito parece que lo hacen ellas en mi. Y entre llanto y llanto es como si le cantasen odas al infierno, de donde yo vengo, de donde yo me escapé, y donde a menudo yo vuelvo.
E incluso esas orugas muertas y vacías parece que se burlan de mi. Como si existir para que existan y así, fuese cosa solo de uno. Y es tontería para dos. Como si ellas, hijas de ellos, no fuesen protagonistas de tontos recuerdos. O solo secundarias. Como si no estuvieran en historias malasputas de chicos poesía y de chicas, sin adjetivo. Indescriptibles. Como lo que siento al ver volar a las mariposas, antes de tragarmelas sin querer.

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